sábado, 29 de agosto de 2009

37 Semanas

Cada vez queda menos para que llegue el gran día, y llegar a la semana 37 ha sido un alivio en el sentido de que el embarazo ya se considera "a término"; ahora el bebé puede nacer cuando quiera.

Esta semana lo que he notado es que tengo dolores de regla varias veces al día, mi prima Ana (la matrona) me ha explicado que son contracciones. El día que me ponga de parto la cosa comenzará así, pero las contracciones serán más fuertes y rítmicas. Además, la cabeza del bebé está buscando el "camino de salida" y a veces noto como si lo tuviera empujando bien encima del cuello del útero, como si fuera a salirse, y la pelvis se me partiera en dos. Entre las contracciones y las prospecciones bebiles, ya estoy empezando a conocer el dolor de una manera muy particular, pero no quiero ni pensar lo que me espera todavía!

A pesar de los achaquillos y el calor negro que nos ha tocado en gracia este verano, el papi y yo vamos avanzando con todos los preparativos, y esta semana ya quedó lista la habitación, y la minicuna también está ya montada y lavadas las sabanitas. Además, le convencí para limpiar a fondo el coche por dentro, y ya hemos puesto la pegatina de "Bebé a bordo", jejejeje.

El síndrome del nido pega fuerte estas últimas semanas como veis, a menudo estando en la cama me vienen ideas de cosas que habría que limpiar, ordenar o arreglar, y en alguna ocasión he tenido que levantarme a hacerlo en ese mismo momento porque ya me entra el nervio y no puedo volver a dormirme; el miércoles a las 6 de la madrugada estaba planchando ropita de bebé tan feliz, tarea que a causa del calor había postergado continuamente. También hago listas con todas las cosas que hay que hacer y cada vez que tacho una, me siento un poco más ligera, aunque resulte paradójico a estas alturas! Toda mi cosa es que la casa esté perfectamente limpia para cuando llegue el bebé, por él y también porque quién sabe cuándo volveré a tener tiempo de limpiar a fondo como estos días.

Y otra de las cositas que hice esta semana fue comprar el "feliway", un difusor de hormonas felinas para que los gatos estén calmados a pesar de los cambios que se nos avecinan; ya sabéis que los gatos son animales muy sensibles a los cambios, y deseo que se alteren lo menos posible. Por consejo de la veterinaria, la habitación del bebé está abierta, para que entren y salgan a su antojo, huelan todo lo que tengan que oler, y se familiaricen con todas las cosas nuevas que están entrando en casa; Lira, la mayor, ha pasado toda la semana durmiendo dentro de la bañerita, y desde que está montada la minicuna, se ha mudado a ella. Por suerte le hemos puesto una sábana encima para que la llene de pelos todo lo que quiera sin perjuicio de la cunita!


Y por último me gustaría resaltar que Joan y yo llevamos unos días muy bonitos, sin peleas, tranquilitos, cooperando como un equipo y disfrutando de nuestros últimos momentos "de a dos". Han vuelto los besos, las caricias, los abrazos y los "te quiero", y esto me hace sentir muy feliz, porque menudo embarazo le he dado al pobre hombre! ;-)

miércoles, 26 de agosto de 2009

36 Semanas

Escribo mediada la 37, pero es que no he tenido forma de hacerlo antes, sorry for the delay...

La semana pasada tenía cita con el anestesista y la matrona; con el anestesista las cosas fueron regulares; me estaba haciendo una especie de historial cuando al comentarle que tenía una hemorroide me dijo que entonces, el día que me pusiera de parto, y según llegara al hospital, pidiera ser visitada por un ginecólogo en lugar de por una matrona, ya que teniendo este "problemilla", lo más probable es que tuvieran que hacerme cesárea. A partir de este momento entré en modo "negativo" y el resto de la visita fue bastante tenso. En primer lugar no lo había oído jamás, que una hemorroide fuera una razón para acabar con una cesárea, y ya es raro, teniendo en cuenta el alto porcentaje de embarazadas que las sufren, no...? Así que le hice la cruz a este señor, y a sugerencia de mi hermano Carlos, ahora mi hemorroide se llama igual que él ;-)

Ni que decir tiene que removí Roma con Santiago para verificar la información que me había dado este señor, y nada, que no se hacen cesáreas por hemorroides, y que ciertamente muchas llegamos con ellas al día D. Así que un problema menos.

Y después, respecto a la visita con la matrona, pues comentar que era una diferente a la que me ha llevado todo el embarazo ya que la de siempre está de vacaciones; una chica muy maja y muy alegre que me animó bastante, la verdad. Desmintió tajantemente lo de la cesárea por hemorroide y fue la única que se animó a echarle un vistazo. Por suerte, y sobre todo gracias al Hemoal, la cosa ya pinta mucho mejor, aunque no ha desaparecido, pero eso casi que es lo de menos a estas alturas.

Escuchamos el corazón del bebé (esta vez papi pudo venir, que desde abril prácticamente no había vuelto a escuchar a su hijo) y la matrona bromeó diciendo que era todo un gato (por ser yo madrileña) por la potencia y ritmo tan fuerte que llevaba el enanillo. Sigue colocado como toca, cabeza abajo y con la espalda en el lado derecho de mi abdomen, aunque juraría que la semana pasada estaba colocado en el lado izquierdo, primero porque hubo un día que le noté moverse mucho y con grandes esfuerzos, y segundo, porque después de tanto movimiento, los piececillos estaban en el lado opuesto. Pues nada, se ve que ha vuelto a hacerlo pero esta vez no me he enterado!

Me pesó y por suerte parece que sólo llevo cogidos unos 6 kilos en todo el embarazo, algo bueno tenía que tener el sobrepeso inicial!

También me hizo la prueba del estreptococo (palito por delante y por detrás) y ahí, por primera vez en lo que llevo de embarazo, salieron a la luz mis terrores a que me toquen por ahí, pues me cerré como una ostra y me puse bastante nerviosa. Ante la perspectiva de dar a luz en pocas semanas, la matrona me dio una charlita cariñosa acerca de lo necesario que es que aprenda a relajarme y confiar, pues el día del parto tendrán que hacerme algunos tactos y conviene que se lo permita, básicamente porque me dolerán menos que si contraigo toda la musculatura vaginal. Uf, qué agobio!


También salió a la luz que vengo padeciendo una infección vaginal por hongos desde hace bastante tiempo, a juzgar por la colonización existente, y me he tenido que tratar con óvulos, y el papi también, pero con una pomada (pregunta de la matrona: ¿pero todavía mantenéis relaciones...? y un "sí..." medio avergonzado por respuesta)

Y después de la visita con la matrona, aprovechamos el día libre del papi para ir a comprar las cosas que venimos necesitando últimamente, a saber, una televisión nueva ya que la vieja hizo "plof" el otro día y le empezó a salir humo, y un colchón nuevo para el cuarto pequeño, para cuando llegue mi madre, que el viejo era una caca de vaca.

De mis insomnios sigo igual, algunas noches sólo duermo 3-4 horillas, y ya he comenzado a aficionarme al infurelax y a leer de madrugada hasta que el sueño vuelve, porque lo de estar dando vueltas en la cama era criminal.

viernes, 14 de agosto de 2009

35 Semanas

Aunque se trata de un tema muy íntimo y habrá quien piense que escribir sobre esto puede resultar hasta desagradable, la auténtica protagonista de la semana en cuestión ha sido una linda hemorroide que me está haciendo la vida un poquito más difícil (porque del calor mejor ya ni hablamos...); y es que las hemorroides forman parte normal del embarazo (creo que la razón es la conjunción de estreñimiento + mayor volumen sanguíneo) y de esta yo no me he librado.

Hizo su primera aparición hace un par de semanas, pero no sé todavía muy bien cómo, la paré en seco con un poquito de gel de aloe vera; pero fue una batalla ganada en falso, porque esta semana ha vuelto con mucha más fuerza, y las cosas más tontas como caminar o sentarme (y levantarme, ósease, todo lo que implique mover mis partes pudendas) se han convertido en una maniobra lenta y dolorosa, por no hablar del momento "ir al baño"). Ahora no parece haber bastante aloe en casa para calmarla, y la doctora me ha recomendado que aplique un poco de aceite de oliva y haga baños de asiento con agua helada (sí, literalmente, con cubitos de hielo); también me ha dado la buena noticia de que posiblemente no desaparecerá en lo que me queda de embarazo, que en el parto alcanzará su máxima expresión, pero en contrapartida, a partir de que el bebé esté fuera, podré ponerme cremas eficaces que la harán desaparecer o al menos me aliviarán mucho. Uf....



De esta semana no mucho más; el lunes me hicieron la última tanda de análisis de sangre y orina, el jueves el papi empezó a rascar las paredes de la habitación del bebé y esta misma tarde me he hecho con la pintura y los utensilios; me muero de ganas de dejar de ver esa pared rosa que jamás me ha gustado por una preciosa pared "verde Covadonga" de Titanlux! (un saludo a Judith ;-))

domingo, 9 de agosto de 2009

34 Semanas

Por fin llegó la anhelada semana 34 y con ella la última ecografía, que pensando que no me hacían una desde la 20, realmente la espera ha sido muuuuuy larga.

A la eco me acompañó mi madre, y esta vez me la hicieron en el centro de salud de Ciutadella, y aunque el obstetra era más seco que la mojama, me quedo con que el bebé está bien y eso es lo que importa; ha vuelto a girarse (pero esta vez sobre su eje, ;-)) y ahora ha puesto la espalda en mi lado derecho del cuerpo; está bien cabeza abajo (doy fe de lo que empuja con su cabecita) y pesa alrededor de 2250 gr. Esto me tranquilizó mucho ya que, por alguna extraña razón, tenía mucho miedo a que no estuviera creciendo lo suficiente. Estaba bien dormido y no nos deleitó con ningún movimiento suyo, y además como es tan grandote ya hay que conformarse con verlo por partes, y la verdad, con un médico tan locuaz, tampoco me enteré de mucho; lo que mejor le vi fueron la columna vertebral, con un montón de huesecitos en fila, y los hemisferios cerebrales (si después de hacer la carrera de Psicología no soy capaz de distinguir los hemisferios en una eco, es para matarme, no?); y el latido cardíaco esta vez era de 145, un poquito más bajito que de costumbre, seguramente porque dormía.

No tengo aquí las medidas del abdomen, diámetro biparietal y fémur, pero las tres correspondían a la semana de gestación o una menos, así que bien.

Y al día siguiente fui a hacerme el electrocardiograma para el anestesista, que necesita esto y los resultados de los análisis de sangre y orina que me haré en la 35 para todo el protocolo de la epidural; la verdad es que me impone respeto el hecho de que me anestesien, pero llegado el momento puede que me imponga mucho más el dolor, así que, prefiero tenerlo todo listo por si las flyes...

También en esta semana me trajeron el mueble bañera a casa, y ya comencé a lavar sobre todo bodies y pijamas, me quedé sorprendida con la cantidad que tenía, he ido acumulando cual hormiga todo el invierno y ahora tengo casi 20 bodies!

Y mis padres nos han regalado el cochecito de Chicco trío Scoop, en color verde, porque nos enseñaron varios colores y al salir el verde el bebé se puso a moverse mucho y pensé que era el más apropiado (bueno, reconozco que también es el que más me gustaba a mí); y también, al día siguiente, cuando vino el chico de la tienda de bebés a montarme la bañera en casa, el bebé tampoco paró de patalear mientras lo hacía (se estará enterando de alguna extraña manera que todo eso para él...?)
Y por último, deciros a todos que después de muchos meses deliberando, hemos decidido (o debería decir "he decidido"?) que nuestro hijo se va a llamar Adrián, dado que fue el primer nombre que elegí allá por la semana 12, la primera vez que nos sugirieron que parecía un varón. El significado (el que viene del mar) me vuelve loca, y además lo encuentro masculino y con fuerza. Al papi no le encantaba el nombre, pero dado que pasaba el tiempo, y las demás alternativas no eran demasiado apetecibles, me planté en Adrián, y mi madre me apoyó comprando un babero con este nombre; Joan desesperó un poco al principio, me llamó mandona y demás, pero al final parece que se ha acostumbrado y que no le desagrada. Me sabe mal que no hayamos sabido encontrar un nombre entre los dos, pero de verdad que este tema me tenía muy agobiada, y el poder desbloquearlo ha sido un verdadero alivio!

sábado, 8 de agosto de 2009

33 Semanas

Como ya sabéis los que leéis habitualmente el blog, ya no tengo acceso a internet, por eso escribo de la semana 33 estando a día de hoy de 35, pero bueno, es por seguir un orden. Mañana volveré a conectarme y os contaré la 34...

De la semana 33 destacaría que el insomnio llegó a su punto fuerte, lo normal era dormir 3-4 horas por noche, y pasar el día como un zombi total, muy distraída y con dolor de cabeza, y fui al médico a pedir la bendita baja. Desde entonces estoy con una sensación de alivio, de "si no duermo no importa" que hizo que me relajara y comenzara a ver la vida de otra manera muy distinta. Y también a dormir algunas horas, todo sea dicho.



Además estos días mis padres y mi hermano pequeño visitan la isla, por lo que he podido cambiar totalmente de hábitos, y el mero hecho de estar con ellos (a mi padre y a mi hermano no les veía desde el mes de octubre pasado, y a mi madre desde marzo) también me ha ayudado a relajarme mucho. Cuando les vi en el aeropuerto monté el numerito de los lloros, abrazada a mi madre como una niña, me moría de vergüenza, pero por desgracia en este embarazo estoy llorando más que en toda mi vida, así que no me queda otra que aceptarlo/me, porque he descubierto que al menos después de llorar me quedo tranquilísima, jejejeje...

El bebé ajeno a lloros y a insomnios, dando sus sesiones de patadillas y pellizquitos por mis bajos fondos, y apretando su cabecita contra mi pubis, a veces me da la sensación de que me parto del dolor, pero me dijo la doctora que es normal, que se va abriendo el canal de parto, así que cuando tengo un dolor muy intenso trato de pensar que es por un bien.