lunes, 14 de septiembre de 2009

40 Semanas

Pues deseo cumplido, aunque ni de lejos como yo esperaba; mañana me ingresan para inducirme el parto. Esta mañana estuve en el hospital, me hicieron la prueba de monitorización fetal, un tacto del cuello del útero y una ecografía, y parece que el bebé está bien de talla pero bajo de peso (la ginecóloga calcula que unos 2 kilos 600 gr.); además parece también que el líquido amniótico comienza a escasear. Ella ha escrito en la solicitud de ingreso "sospecha de CIR" (crecimiento intrauterino retardado); dice que si estuviera de menos semanas, esperaríamos a ver qué tal se desarrollaba el niño, pero que estando ya cumplida, no tiene sentido esperar más.

Me ha explicado que primero me pondrán una tirita en el cuello del útero con prostaglandinas, a ver si esto produce contracciones de parto. De no ser así, en unas 12 horas, me pondrían un goteo con oxitocina sintética. En principio no se sabe cuánto tardaré en ponerme de parto, puede pasar todavía un día o dos.

No os voy a mentir, estoy hecha polvo; por un lado me da muchísima pena que todo vaya a terminar de esta manera tan artificial, por otro lado estoy muerta de miedo porque no sé qué me espera exactamente, pero sí me han dicho que es duro y posiblemente largo, ya que parto de 0, pues en el tacto que me ha hecho la ginecóloga estoy bastante "verde"; tengo el cuello del útero intacto. Y por otro lado me preocupa mucho la salud de mi bebé, que si bien me han dicho que sólo es un problema de peso, que en principio todo lo demás está bien, necesito verlo para creerlo.

No sé bien cuándo podré volver a escribir, pero lo antes posible os daré noticias.

viernes, 11 de septiembre de 2009

39 Semanas

Hoy termina la que podría ( y desearía) que fuera la última semana de embarazo, mañana es 12 de septiembre, el día D. En realidad hace ya al menos un par de semanas que estoy preparada para lo que pudiera pasar, en cualquier momento el bebé podría nacer, pero parece que las cuentas se van a cumplir.

Las molestias continúan in crescendo, contracciones durante todo el día pero irregulares, y por la noche, en cuanto comienzo el paseíto, se vuelven muy frecuentes y dolorosas, aunque el dolor es bastante soportable. El dolor de la contracción se me irradia hacia los riñones, y cuando termino de cenar sólo puedo irme a la cama de lo mucho que me duelen la espalda y las piernas.

Ayer jueves estuvimos en la matrona, era la última visita. Me dio los resultados de la prueba del estreptococo, ha dado negativo, por lo que no tendrán que ponerme antibióticos el día del parto. La altura del útero está ahora en 37 cm, el latido fetal era de 136 pulsaciones por minuto, y los kilos engordados en total durante el embarazo son 6,100 gr. Le conté las molestias que siento y me dijo que todo era normal y que no querían decir nada (yo confiaba en que los dolores púbicos fueran debidos a que el cuello del útero se estuviera borrando, pero parece que no tiene por qué). No me exploró ni tampoco me pudo decir que el bebé estuviera ya encajado; dijo que no hacía falta saberlo y que para qué me iba a molestar. Y me dió cita para el próximo lunes en el Hospital de Maó en caso de que todavía no hubiera dado a luz para hacer la prueba de monitorización fetal. Sinceramente, espero no llegar al lunes con bombo, porque desplazarme 45 kms. al hospital no me apetece ni lo más mínimo, ya que aunque todavía conduzco, casi nunca lo hago más de 10-15 minutos.

El miedo tan intenso que sentía hacia el parto comienza a diluírse, y está siendo sustituído por un deseo muy grande de ver ya a mi hijo y tenerle en mis brazos. Me parece que veo recién nacidos por todas partes, y sueño cada noche que ya está con nosotros. El parto comienza a parecerme un trámite molesto pero necesario, y el resultado es lo que verdaderamente importa.

domingo, 6 de septiembre de 2009

38 Semanas

El domingo pasado llegó mi madre desde Madrid, y ahora ya no estoy sola todo el día, lo cuál me ha dado mucha tranquilidad porque tengo con quién comentar cada nuevo síntoma que aparece, que estas últimas dos semanas estoy viendo que son muchos. Además, ella está haciendo todo el trabajo duro de la casa, con lo que yo estoy mucho más descansada. El papi además está impresionado de lo mucho que está creciendo la barriga estos últimos días, anoche llegó a decir que su tamaño era desproporcionado, jajajajajaja!

Desde que llegó he retomado los paseos al anochecer, que desde junio no había vuelto a caminar, entre que estaba sola y el calor que hacía, este verano ha sido poco productivo en este sentido. Caminamos junto al mar alrededor de una hora, y prácticamente desde que empiezo a caminar, comienzan las contracciones; yo que me quejaba de no tener contracciones de Braxton Hicks, estas últimas semanas las tengo a todas horas, pero sobre todo de noche; en realidad me he dado cuenta de que ya las tenía en el séptimo mes, pero las confundía con movimientos del bebé; pensaba que el bebé se estiraba de brazos y piernas a la vez y que por eso se tensaba de aquella manera la barriga... cosas de primeriza!

Algunas de estas contracciones comienzan a ser francamente dolorosas, y también noto una presión muy fuerte en el pubis, que en ocasiones irradia dolor hacia la parte baja de la espalda; por lo que he leído, se trata de la cabeza del bebé, que ya debe estar encajada y "pidiendo pista". En ocasiones tengo que dejar lo que esté haciendo y pararme, o sentarme, hasta que el dolor pasa, y consulté con la matrona qué quería decir esto de tener tantas contracciones y molestias mientras caminaba; me explicó que se trataba de "contracciones por irritación" y que debía bajar el ritmo o sentarme cuando esto ocurriera; también me dijo que si me frotaba mucho la barriga (en plan lámpara de Aladino jejeje) se produciría una contracción.

El miércoles retomamos las clases de preparación al parto, que durante todo el mes de agosto no tuvimos porque la matrona hizo vacaciones, y fue bastante bien; por primera vez pude practicar el ejercicio del expulsivo que tanto me angustiaba (llegar al momento del parto sin saber empujar eficazmente) y aunque lo hago todo bien, hay un pequeño detalle, y es que no logro hacer descender bien mi diafragma, de manera que en mitad de la barriga me sobresale un "churrillo" cuando empujo, que según la matrona es el intestino (y yo creía que era la espalda del bebé puesto de lado...); varias veces lo intenté y el churrillo siempre ahí. Tengo que seguir practicando...

Y durante la hora de teoría nos puso un video de un parto (absolutamente explícito) que cuando terminó y nos preguntó qué nos había parecido, quedamos todos en silencio y bastante pálidos. A mí me daban ganas de escaparme por la ventana pero... creo que ya no hay otra salida . Era tan emocionante y bonito como impresionante y duro. Pudimos aclarar algunas dudas que a mí me quitaban el sueño, por ejemplo, nos explicó que no iban a rasurarnos el pubis como se hacía antes, que lo de ponernos un enema tampoco era por sistema (dijo que al hacernos el tacto vaginal, podían notar con la parte de detrás de los dedos si había masa fecal en el recto, y en ese caso nos "sugerían" ponernos uno para que en el momento de empujar no saliera aquello también), nos explicó el tema de la epidural, que si bien quitaba el dolor, también nos quitaría libertad porque ya quedaríamos inmovilizadas en la cama con la vía de suero y medicamentos, la de la propia anestesia, y monitorizadas para controlar las constantes vitales del bebé; también le pregunté cuánta gente estaría presente durante el periodo de expulsión; dijo que si se trataba de un parto vaginal sin complicaciones, sólo la matrona y el papá de la criatura, lo cuál me tranquilizo porque me imaginaba ahí espatarrada delante de 6 ó 7 personas y no me apetecía nada en absoluto. Nos explicó que en el hospital de Mahón se podía dar a la luz en otras posturas que no fuera la típica tumbada en el potro (de tortura, porque madre mía...) y nos dijo que esto era algo que tendríamos que negociar con la matrona que estuviera de guardia, ya que no todas están a dispuestas a andar agachadas en caso de que queramos parir en cuclillas (por supuesto si nos han puesto la epidural, de cuclillas nada, sentadas como mucho). Además, pariendo en cuclillas es imposible que la matrona nos proteja el periné, ya que no puede meter la cabeza ahí debajo. Y hablando del periné, la temida episiotomía. Al parecer tampoco es una práctica sistemática, sólo se hace cuando la matrona ve que el periné va a desgarrarse.

En fin, el tema parto ocupa prácticamente la mitad de mis pensamientos diarios, por una parte estoy cagada, pero por otra estoy deseando que suceda ya de una vez, visto que otra no me queda, y tener a Adrián en brazos después de tantos meses imaginando cómo será.