Nos hemos ido de viaje dos semanas, salimos de Menorca, de este invierno que no termina nunca, y viajamos a Madrid a estar con mi familia y a Asturias, a darnos unos garbeos por el norte que no lo conocíamos.
Al poquito de llegar a la península la barriga hizo "ploc" y salió hacia afuera de manera que el embarazo ya no es ningún secreto! La ropa comenzó a sentarme muy incómoda y aprovechando que estábamos allí compramos ropa de premamá y cositas para el bebé... Los pantalones de premamá son una auténtica gozada, llevan incorporada una especie de faja que llega hasta debajo del pecho, donde metes toda u barriga, y de esta manera queda bien sujeta y calentita (ya veremos cómo me lo monto en verano...), vamos que ya no sólo no me aprietan los pantalones sino que además voy recómoda. Y también quería hacer una mención a un par de cosas que me ha regalado mi madre y que me han llamado la atención por diferentes motivos: una han sido unas manoplitas para ponérselas al bebé cuando nazca, ya que parece ser que nacen con las uñas largas y se arañan la carita, y no se les pueden cortar hasta los 15 días más o menos... Y la otra cosa es un termómetro para la bañera del nene con forma de pato que no dispone de visor de temperatura, sino que él mismo te dice cómo está el agua: si está fría hace brrrrrrrr, si demasiado caliente ayyyyy, y si está a la temperatura adecuada se escucha un aaahhhh muy gracioso. Muy divertido el pato, la verdad.Las dos semanas del viaje han sido de lo mejor del año, tanto Joan como yo cumplimos años estando allí, y nos hemos sentido verdaderamente felices, además de que nos ha hecho un tiempo buenísimo y hemos vuelto a Menorca con muy buena cara, aunque muy nostálgicos de que se haya acabado...
