lunes, 23 de noviembre de 2009

El primer mes de Adrián

Y es que, a pesar de que ya ha cumplido dos, no he tenido ni tiempo ni ganas de escribir. Adrián tuvo una entrada en la vida que yo calificaría como de "heavy metal".

Apenas llevábamos dos días en casa cuando comenzaron los cólicos; la cosa es que no eran los cólicos "al uso", es decir, al atardecer o anochecer, sino cólico por la mañana, por la tarde y por la noche. Podía pasarse fácilmente dos horas seguidas llorando; varias veces al día. Fue agotador física y emocionalmente. La impotencia que sientes es tan grande que te rompes. Mi madre decía que era un niño hipersensible, muy nervioso, y apenas sabíamos qué hacer para calmarle. Nos lo pasábamos la una a la otra, lo llamábamos el "cambio de brazos" porque veíamos que a veces funcionaba y se calmaba un rato. A menudo llegaba la siguiente hora de comer y como aún lloraba, no sabías ya si era de hambre, de dolor o de qué. Incluso me daba miedo darle el biberón otra vez por si eso le ponía peor aún. Fuimos probando de todo y por su orden:

  1. Cambiamos la leche a la versión Digest AC/AE
  2. Le preparábamos biberones de Blevit Digest(con hinojo y manzanilla)
  3. Comenzamos a darle Colikind (homeopatía)
  4. Después pasamos a darle Aerored en gotitas
  5. Como no funcionaba, pasamos al Entero Silicona
  6. Cambiamos la bañera normal por la Tummy Tub
  7. Mi prima Ana, la matrona, me enseño a hacerle masajes abdominales, en concreto el de las agujas del reloj alrededor de su ombligo, el I Love You y simplemente "manos que reposan" cuando estaba muy nervioso.
  8. Me descargué una música que se llama "dentro del útero" y que es en teoría lo que los bebés oyen cuando están en nuestra barriga. Cuando empezaba el cólico me encerraba con él en la habitación, casi a oscuras y le mecía mientras escuchábamos aquello.
  9. Y algo que funcionaba bastante bien era no intentar que el bebé se callara a toda costa. si partimos de la base que el cólico tiene un componente nervioso muy importante, y que su función es descargar toda la tensión acumulada durante el día, yo simplemente le abrazaba y le decía "llora cariño, sácalo todo fuera". Así, Adrián lloraba con fuerza y apenas 5 minutos después caía rendido y dormido.
La lactancia materna fue mixta desde el principio, ya que en el hospital le daban bastantes biberones para que ganara peso. Yo comencé a sacarme leche ya allí y al llegar a casa seguía pero cuando empezaron los cólicos, mis nervios de punta y el poco tiempo que quedaba para sacarse leche, fue convirtiéndose en algo cada vez más difícil; tardaba como 45 minutos en sacarme 60ml de leche, y cada vez tenía menos; me aconsejaron que me sacara leche 8 veces al día, eso eran... 6 horas sacando leche. Sencillamente inviable. Así que a los 15 días dejé de sacarla y la lactancia pasó a ser exclusivamente artificial. Me dolió en el alma, tanto que había hablado yo de la lactancia materna, y ala, a la mierda a las primeras de cambio.


Juan volvió al trabajo en cuanto llegamos del hospital y apenas paraba por casa. Si no es por mi madre, no sé qué habría sido de mí, ya que peleé y peleé con él lo que no está escrito. Nos enfrentábamos continuamente por las tonterías más grandes, y además a mí me parecía que estaba completamente inmerso en su trabajo y no en nosotros, en la familia que acabábamos de crear. En fin, de pesadilla total.



Y bueno, de dormir ya ni hablamos; récord de estancia en su cuna, 13 minutos. Así que nos encatrinábamos con él en las siestas y por la noche. Esto se llama colecho; al principio no pegaba ojo, pero con el tiempo me he acostumbrado a dormir abrazada a él, y aunque estás en un estado como menos dormida, terminas descansando igualmente. Y él aguanta muchas más horas dormido si está conmigo que si está solo en su cuna. Por otra parte, es muy bonito sentir su respiración, sus manitas que te tocan la cara en mitad de la noche, y cuando comienza a despertarse porque tiene hambre te das cuenta enseguida y no hace falta que se ponga a llorar.


Así las cosas, empecé a consumirme, pensaba que no servía para ser madre, que cómo se me había ni pasado por la cabeza tener un hijo, que aquello iba a terminar fatal, etc... Me sentía culpable, me sentía inútil, me sentía agotada. Perdí por completo el apetito, comía porque había que hacerlo, perdí el sueño a pesar de no poder con mi alma, tenía permanentemente un nudo en el estómago y el corazón parecía que se me iba a salir del pecho. Me dolía la espalda a rabiar. Me sentía incapaz de hacerme cargo de mi nueva situación. Estaba convencida, yo no servía para ser madre. De los 6 kilos que había engordado en el embarazo, en mi primer mes como mami ya había perdido... 11. Otra cosa no, pero me estoy quedando estupenda, jejeje.

Me diagnosticaron depresión postparto. Yuju. Comencé a tomar un antidepresivo, y a los pocos días empecé con crisis de ansiedad también. Superyuju. Una tarde tuve que ir a urgencias al ambulatorio con una buena crisis, me dieron un alprazolam debajo de la lengua y me acostaron media hora, con la orden "olvídate del mundo". Volví a casa como nueva.

Como mi madre tenía que volver a Madrid, Juan seguía sin pedir el permiso de paternidad y Adrián seguía igual, yo estaba aterrada, pensé que no podría hacerme cargo yo sola del bebé en ese estado y que iba a terminar completamente loca. Me sentía muy sola, y mi madre me sugirió que me fuera a Madrid unas semanas con ella; al principio le dije que no, que mi sitio estaba en Menorca porque allí estaba Juan, el padre de mi hijo; pero visto que él no nos hacía mucho caso que digamos, decidí pensar en mí ante todo, ya que el hecho de que yo estuviera mejor ayudaría a Adrián. Y decidí irme con mi madre 3 semanas a casa de mis padres, al barrio donde he crecido, con mis hermanos, mi familia, mis amigas de siempre. En Menorca, aunque llevo 5 años viviendo, apenas conozco gente.

Cuando Adrián tenía 25 días nos fuimos a Madrid mi madre, Adrián y yo. Allí le conocieron sus tíos, las cuñadas, mis amigas, etc... Y el día que cumplía un mes, llegó su padre de Menorca.