Al final no perdimos el avión de vuelta, y mamá me tuvo que dar el biberón mientras embarcábamos, ya que me entró el hambre inesperadamente y amenacé con montar un pollo delante de todos los pasajeros si no era alimentado inmediatamente. Desde hace unos 15 días echo bastante después de comer, y eso fue exactamente lo que hice, ponernos de leche hasta arriba tanto mamá como yo. Me pasé casi todo el viaje quejándome hasta que comenzamos a sobrevolar Mallorca, entonces me tranquilicé y me dormí; ya estábamos a punto de llegar.
En el aeropuerto nos esperaba papá, que había vuelto en barco con el coche cargado hasta arriba un día antes. Al llegar a casa, mamá se puso un poco nerviosa, la encontraba muy húmeda, fría, inadecuada para mí, y sobre todo explotó toda la tensión que sentía por haberse separado de la abuela. Se pasó llorando hasta la hora de comer, qué exageradilla!
Y los días fueron transcurriendo lentamente. Noviembre fue un mes buenísimo en cuanto al tiempo climático, pudimos ir cada día a pasear, y una mañana me llevaron a Macarella. Me gustó mucho la bajada hasta la playa por un camino que recorría el bosque, miraba los árboles alucinado, nunca había visto tanta vegetación junta!
Por otro lado, papá y mamá intentaban habituarse, con poco éxito, a la nueva vida. Papá estaba como apático, mamá muy nerviosa, y todos los días se peleaban. Sus sombras habían salido a la luz y era la primera vez que se veían de este modo el uno al otro. Mamá fue a visitar al psiquiatra, que le puso el tratamiento para su depresión postparto, y papá se iba casi cada día a pasear solo.
La buena noticia es que mis cólicos fueron desapareciendo a partir de entonces, y nos sentimos los 3 un poco mejor, pero sobre todo yo!
Al llegar a Menorca empecé a asistir con mamá a las clases postparto que daba la matrona, pude conocer a los otros niños que antes estaban en las barrigas de sus mamás como yo, y a la matrona, de la que había escuchado la voz muchas veces ya. Mamá tenía miedo de que me diera un cólico durante la clase y tener que salir corriendo, pero en ningún momento sucedió. Me gustó mucho conocer a Eric, el hijo de Pere y Anna; es muy sueco! En clase me lo pasaba muy bien, estiraba mi cuellecito y lo miraba todo y a todos. Estoy realmente interesado en todo lo que me rodea, y cambiar de sitio me entretiene mucho. En Ciutadella le dicen a mis padres "xoroa molt"; vamos, que soy un cotilla.
Cuando cumplí 2 meses me llevaron a la revisión con la pediatra y me pusieron las primeras vacunas; mamá ha decidido que me pusieran también la Prevenar, y al pincharme he llorado, claro, pero por suerte no me han dado ningún tipo de reacción. Soy más fuerte de lo que todos piensan! La pediatra me encuentra muy lindo, como dice ella, y estoy creciendo y engordando muy bien. El único problema es que estoy un poco escocido en las ingles, y mamá me ha comprado una crema de Avene que se llama pasta al agua. A veces también me la pone en el cuello, ya que se me enrojece de tanto echar.
En el aeropuerto nos esperaba papá, que había vuelto en barco con el coche cargado hasta arriba un día antes. Al llegar a casa, mamá se puso un poco nerviosa, la encontraba muy húmeda, fría, inadecuada para mí, y sobre todo explotó toda la tensión que sentía por haberse separado de la abuela. Se pasó llorando hasta la hora de comer, qué exageradilla!
Y los días fueron transcurriendo lentamente. Noviembre fue un mes buenísimo en cuanto al tiempo climático, pudimos ir cada día a pasear, y una mañana me llevaron a Macarella. Me gustó mucho la bajada hasta la playa por un camino que recorría el bosque, miraba los árboles alucinado, nunca había visto tanta vegetación junta!
Por otro lado, papá y mamá intentaban habituarse, con poco éxito, a la nueva vida. Papá estaba como apático, mamá muy nerviosa, y todos los días se peleaban. Sus sombras habían salido a la luz y era la primera vez que se veían de este modo el uno al otro. Mamá fue a visitar al psiquiatra, que le puso el tratamiento para su depresión postparto, y papá se iba casi cada día a pasear solo.
La buena noticia es que mis cólicos fueron desapareciendo a partir de entonces, y nos sentimos los 3 un poco mejor, pero sobre todo yo!
Al llegar a Menorca empecé a asistir con mamá a las clases postparto que daba la matrona, pude conocer a los otros niños que antes estaban en las barrigas de sus mamás como yo, y a la matrona, de la que había escuchado la voz muchas veces ya. Mamá tenía miedo de que me diera un cólico durante la clase y tener que salir corriendo, pero en ningún momento sucedió. Me gustó mucho conocer a Eric, el hijo de Pere y Anna; es muy sueco! En clase me lo pasaba muy bien, estiraba mi cuellecito y lo miraba todo y a todos. Estoy realmente interesado en todo lo que me rodea, y cambiar de sitio me entretiene mucho. En Ciutadella le dicen a mis padres "xoroa molt"; vamos, que soy un cotilla.
Cuando cumplí 2 meses me llevaron a la revisión con la pediatra y me pusieron las primeras vacunas; mamá ha decidido que me pusieran también la Prevenar, y al pincharme he llorado, claro, pero por suerte no me han dado ningún tipo de reacción. Soy más fuerte de lo que todos piensan! La pediatra me encuentra muy lindo, como dice ella, y estoy creciendo y engordando muy bien. El único problema es que estoy un poco escocido en las ingles, y mamá me ha comprado una crema de Avene que se llama pasta al agua. A veces también me la pone en el cuello, ya que se me enrojece de tanto echar.